Sucedió en una dependencia situada en el límite de los barrios de Balvanera y Recoleta.
La Comisaría 3A de la Ciudad de Buenos Aires, padeció una noche de jueves intensa, donde un grupo de 22 detenidos se amotinó dentro de un calabozo, requiriendo ser trasladados. Asimismo, fuentes del Ministerio de Seguridad porteño informaron que las autoridades le dieron un tiempo determinado a los reclusos para que depusieran su posición. En tanto, la situación fue controlada y casi todos los presos fueron trasladados a otras sedes policiales.
La seccional se encuentra en la calle Lavalle 1958, lindante entre los barrios de Balvanera y Recoleta. Se supo que el pedido puntual de los reclusos amotinados era que los trasladaran a cárceles del Servicio Penitenciario Federal, que por cierto vive hace meses un escenario de tensión con el Ministerio porteño que reclama cupos para transferir detenidos en tanto enfrenta una incalculable sobrepoblación.
Asimismo como forma de presión, los líderes del motín realizaron un tabique en la puerta de acceso con los elementos que tenían a su alcance. Por otra parte rompieron parte del mobiliario dentro de la celda y los baños. La finalidad era evitar que ingresaran grupos de apoyo.
Por otro lado, las versiones iniciales del caso dieron cuenta de un violento motín, en el que incluso habrían tomado como rehén y apuñalado a otros compañeros de calabozo. Asimismo, luego de finalizada la rebelión, fuentes oficiales luego indicaron que la sede policial de la ciudad nunca fue tomada y que tampoco la intención de los detenidos era darse a la fuga. Menos aún, reos acuchillados. Su única finalidad era lograr el traslado, que indefectiblemente se dio, aunque no al destino que deseaban.
Ante la situación planteada, los efectivos requirieron el refuerzo de grupos de apoyo y solicitaron por prevención la asistencia efectivos del SAME. Sin embargo, no hubo necesidad de atenderlos médicamente porque ninguno resultó herido. “No hubo fuga ni intento de ella. Ellos mismo obturaron la entrada a la alcaldía para reclamar y que no entren el grupo de contención”, indicó una fuente del Ministerio.
Por otra parte, en horas de la madrugada, 21 de los detenidos que participaron del motín fueron trasladados a diferentes alcaidías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no a penales. Después de que los sacaron de la comisaría, se efectuó una inspección de los calabozos y se corroboraron los graves daños dentro del calabozo, que contemplan la imposibilidad de alojar detenidos dada las circunstancias.
Por otra parte, se encontraron entre el patio y los baños más de una decena de facas.
Cuando terminó el motín, se abrió una investigación judicial e intervino el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°39, a cargo de Fernando Caunedo. Asimismo, las fuentes indicaron que el reclamo de los presos es parte de un histórico pedido de las autoridades de la Ciudad para que se habilite el traslado de presos con condena al Sistema Penitenciario Federal.
En la cuenta de la red social Twiter, el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, afirmó: “Desde el inicio de la pandemia [de coronavirus y por una medida arbitraria, el gobierno nacional decidió dejar de recibir los detenidos de la Ciudad, generando una superpoblación en todas las alcaidías, comisarías y manteniéndolos fuera del sistema legal vigente. El 20 de marzo de 2020 la Ciudad tenía 61 detenidos en las alcaidías y ninguno en las comisarías. Hoy hay 802. Esto significa un 130% más de detenidos de lo que puede albergar”.