A partir de la consigna «Basta de construcción, uso comercial y contaminación», el viernes pasado los vecinos del barrio porteño de Palermo llevaron a cabo un abrazo simbólico al Jardín Botánico.

Asimismo, la situación del Jardín Botánico se transformó en el último tiempo en un tema de urgencia para los vecinos organizados del barrio de Palermo. En tanto, desde hace dos meses, el jardín está ocupado por las noches por el evento comercial Secret Garden, en tanto que los vecinos denuncian que se está instalando una construcción dentro del predio que busca la «continuación de eventos de negocio privado». A la vez, con la consigna «basta de construcción, uso comercial y contaminación», el viernes pasado volvieron a efectuar un abrazo simbólico al jardín y ya presentaron una acción de amparo para solicitar «la detención y posterior demolición de la construcción».

Por otro lado, la preocupación de los vecinos que transitan día a día el jardín inició entre los meses de mayo y junio, cuando las estructuras metálicas y lumínicas comenzaron a aparecer entre la flora y la fauna del jardín. Secret Garden, el evento nocturno que se presenta como «museo a cielo abierto» dentro del histórico predio de la Ciudad, montó allí 17 «postas lumínicas» con instalaciones «inmersivas» e iba a permanecer durante el mes de julio, aunque por ciertas razones se extendió durante agosto. Asimismo, la ocupación del jardín para un evento privado fue lo que despertó las primeras alarmas de los vecinos , que desde ese momento llevaron a cabo tres abrazos simbólicos a las puertas del lugar.

«Queremos recordar que un Jardín Botánico no es un jardín corriente. Es el Museo de las Plantas y su objetivo es científico, artístico, educativo y social. Así lo entendió Carlos Thays cuando lo proyectó y construyó”, empieza la carta abierta que suscribieron paisajistas, ambientalistas e historiadores, entre otros, para rechazar la instalación del evento en el predio, declarado monumento histórico nacional en 1996.Por otra parte,  en el mismo escrito, los firmantes advirtieron que la ocupación de ese espacio «perturba» el «microclima y ecosistema del Jardín Botánico». «Prima la banalidad de mostrar al público mariposas de plástico con luz, antes que a las verdaderas, atraídas por arbustos y entre flores», manifestaron.

A la vez, Nino Ramella, uno de los vecinos del barrio porteño de  Palermo que participa en la organización de los abrazos, indicó que la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos «ejerce la superintendencia inmediata para intervenir con carácter previo y vinculante, aprobar o rechazar y supervisar toda intervención material sobre los bienes protegidos. Deben recurrir a la Comisión Nacional para cualquier intervención en ese predio, pero eso no ocurrió en este caso», pero la Comisión no recibió ninguna solicitud de permiso para llevar a cabo el evento.

Paralelamente, la preocupación de los vecinos va más allá de la realización del Secret Garden. En tanto, creen que ese evento podría ser el comienzo de una nueva tendencia comercial dentro del jardín. Por otra parte, afirman, que eso podría profundizar «un atropello y violación a los fines originarios por los que el Jardín Botánico fue fundado». Asimismo, Ramella comentó que «lo que enardeció los ánimos fue la construcción de una batería de baños que produce una contaminación visual tremenda donde antes no había más que plantas, está justo como remate de la calle Beruti».

En tanto, desde hace un tiempo los vecinos  comenzaron a ver cómo, en ese lugar, comenzaba a levantarse una nueva estructura de ladrillos y cemento. Así, en el escrito, advierten que la nueva infraestructura es «desmesurada», ya que contempla la «construcción innecesaria de trece baños dentro del predio cuando en él ya existen baños». Los vecinos y vecinas temen que la obra sea el puntapié inicial para nuevas construcciones que brinden la infraestructura necesaria para una «continuación de eventos de negocio privado».

Por otra parte, desde la Secretaría de Ambiente de la Ciudad, que tiene a cargo la obra, afirman que «actualmente los sanitarios con los que cuenta el Jardín no cubren la demanda del público visitante y por ello se realiza esta ampliación». Calculan que el jardín recibe alrededor de 750 mil visitantes por año, a los que se suman «100 mil de visitas escolares, universitarias y de distintos eventos que se realizan en el año», por lo que los baños actuales no dan abasto. También aseguran que los nuevos sanitarios «se ubicaron en un espacio con el fin de no afectar la flora del jardín».

Al mismo tiempo, La Comisión de Monumentos no recibió una solicitud por esta obra. Asimismo, Ramella, que participó de una reunión con funcionarios de la Secretaría a la que pudieron acceder vecinos, afirmó que «ellos sostienen que se trata de una interpretación de la ley que ellos no comparten, que para hacer esos baños no necesitan acudir a la Comisión».

Por otra parte, los vecino decidieron llevar el caso a la Justicia y presentaron una acción de amparo que quedó sorteada en el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario N°1, a cargo de la jueza Romina Tesone. Desde ahí solicitaron que «la detención y posterior demolición de la construcción que ilegalmente está realizando el GCBA en el Jardín Botánico de la Ciudad».