Con restauraciones en la parte técnica, luces y sonido, se busca generar una mejor experiencia sensorial en el Anfiteatro Eva Perón.
Con el motivo del festejo de los 70 años de su creación, el Anfiteatro del Parque Centenario, el único de este tipo en toda la ciudad, ingresará en una etapa de renovación tecnológica que se sumará a la puesta en valor que ya se había realizado en su infraestructura tiempo atrás. El escenario, conocido como “El Anfi”, es un símbolo del barrio de Caballito y referente del movimiento artístico y cultural en la Ciudad.
Aproximadamente 210.000 personas asistieron a los 104 espectáculos gratuitos que se realizaron este año. La renovación tendrá un impacto sensorial en todo el público que podrá seguir disfrutando de la música y los shows sin generarse un gasto extra. Equipamientos para las telecomunicaciones internas, mejoras en el sonido de los espectáculos, luminarias bajo consumo y sustentables y módulos de aire acondicionado en diferentes áreas de trabajo son parte de las mejoras por llegar.
Asimismo, la renovación de El Anfi se realiza gracias a un convenio entre el Ministerio de Cultura de la Ciudad y la empresa de electrodomésticos Peabody, firmado durante la gestión del ex ministro Enrique Avogadro. En tanto, el acuerdo tiene un plazo de dos años en el que la firma se compromete a aportar US$20.000 para la compra de equipos y la reparación de baños (de uso público y de los artistas) y de la puesta en valor de la fachada, de las gradas, los pasillos de paso y la cartelería externa. A cambio habrá publicidad de Peabody en diversos sectores. La flamante ministra de Cultura, Gabriela Ricardes, acompaña el proyecto.
“Peabody pone su marca, pero no el nombre no cambia, seguirá siendo Anfiteatro Eva Perón del Parque Centenario, con el esponsoreo en los diferentes espacios. No habrá naming, no perdemos la identidad, simplemente es una política que logró combinar el sector público con el privado para favorecer este lugar tan emblemático”, comentó el gerente del anfiteatro, Facundo Suárez.
Por otra parte, la intervención comenzará cuando el equipamiento técnico esté disponible. Las luces del anfiteatro son todas de alto voltaje y se reemplazarán por 45 LED de bajo consumo; también se cambiarán 24 parlantes, se optimizará la consola de sonido y el personal técnico estará dotado de equipos de comunicación más eficientes durante los shows.
“Formamos un gran equipo durante la gestión de Avogrado para poder encarar, durante los últimos seis meses, todo un proceso que nos permita encontrar el equilibrio entre lo que nosotros necesitábamos para dejar un anfiteatro a la altura de las expectativas y, por el otro lado, generar el convenio que se le conviniese a las partes”, indicó Suárez.
Al mismo tiempo, para la empresa, el patrocinio no solo se propone contribuir al embellecimiento y la modernización de las instalaciones del anfiteatro, sino también respaldar activamente el arte argentino y las diversas expresiones culturales para que puedan desarrollarse más experiencias en este espacio.
“Con este patrocinio reafirmamos, una vez más, nuestra misión como marca que va más allá de la excelencia en productos. Buscamos contribuir activamente en el enriquecimiento cultural de la sociedad argentina”, comentó Dante Choi, presidente de Goldmund SA, grupo al que pertenece Peabody.
“Con este aporte enriqueceremos la agenda del anfiteatro mediante la realización de diversas actividades y espectáculos que serán propuestas y organizadas por nosotros”, indicó.
En tanto, el anfiteatro Eva Perón se inauguró el 25 de marzo de 1953, con la idea original de realizar allí las temporadas de verano del Teatro Colón para que su alcance sea masivo. La primera función fue la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, la misma que inauguró el Teatro Colón en 1908, con sus 10.000 butacas completas.
Se encuentra situado en el Parque Centenario, diseñado por el paisajista Carlos Thays, e inaugurado a principios del siglo pasado para celebrar los 100 años de la Patria. El auditorio era un ámbito escénico abierto con graderías en abanico y un escenario conformado por tres arcos parabólicos. La obra, construida casi enteramente en madera, guardaba una cuidadosa relación con la arboleda del parque y su entorno.
Desde su creación, se presentaron espectáculos de todos los géneros y para todo el público. En 1959, sufrió un incendio y fue reconstruido de manera transitoria por sus propios trabajadores.
El 9 de junio de 2009 se reinauguró cuando el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General de Música, realizó un concierto de la Banda Sinfónica de la ciudad de Buenos Aires. En tanto, este fue el inicio del nuevo Anfiteatro de Parque Centenario. Por allí se han presentado la orquesta, el ballet y el coro estable del Colón; además de la Ópera de Cámara, la Orquesta Académica y el Coro de Niños del Instituto Superior de Arte. En el ámbito nacional se presentan regularmente la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Polifónico, el Ballet Folklórico Nacional, la Banda Nacional de Ciegos, el Coro Nacional de Jóvenes, el Coro Nacional de Niños, la Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, entre otros. Allí se presentan también los organismos estables de la Dirección General de Música de la ciudad: la Banda Sinfónica y la Orquesta del Tango.
Por otra parte, las remodelaciones redujeron las gradas y hoy tiene capacidad para 1640 espectadores, un escenario de 212 metros cuadrados con un más foso de orquesta de 90 m². Posee una parrilla de luces de nueve metros de altura, pantalla de proyección (front y back) y cabina de sonido e iluminación. Asimismo, cuenta con depósitos, camarines VIP y generales, un taller bajo el escenario para el personal escenotécnico, dos puentes de maniobra y seis telones con apertura central.
A la vez, y a diferencia del anfiteatro original, cuyo escenario miraba al lago, y del escenario provisorio instalado a comienzos del período democrático, el actual Anfi es una construcción integrada al parque, con ingreso por la calle Lillo y Leopoldo Marechal.