Chiara Mainetti con 2h34m49s no solo fue la más rápida del subcontinente, sino también la mejor no africana y quinta en la clasificación general.
“A Chiara la defino con una palabra: simpleza”. De ésta forma definió Fernando Díaz Sánchez a su atleta, a los pies del podio de la Maratón de Buenos Aires. Por otra parte, la misionera Chiara Mainetti estaba a punto de subirse al escalón más alto para coronarse campeona sudamericana. A la vez, con 2h34m49s no solo fue la corredora más rápida del subcontinente, sino también la mejor no africana y quinta en la clasificación general, solo por detrás de dos etíopes y dos kenianas. “Chiara es una persona simple. No tiene rollos con el esfuerzo, ni con los objetivos, ni con nada. Entiende lo que hay que hacer y no lo discute. Trabaja”, comentó el entrenador.
Asimismo, Chiara corre. Donde sea, en pista, en montaña o en calle, Chiara corre. Actualmente subcampeona nacional de 10.000 metros en pista, campeona sudamericana de montaña en distancia Classic (15 km) y ahora, desde esta mañana, campeona sudamericana. “Es la primera vez que represento al equipo argentino como yo quiero –reconoció Mainetti–. Tuve otras oportunidades, pero no se me dieron los resultados. Lo de hoy lo pongo en el lugar más alto del podio de mis mejores carreras”.
Por otro lado, la humedad de Buenos Aires se sumó a una maratón que se corrió a más de 20°C, una prueba que los estudios fisiológicos recomiendan cerca de los 12°C y en ambientes secos. En tanto, las condiciones de la madrugada de ayer pusieron a prueba a los 14.500 corredores que convirtieron a la Maratón de Buenos Aires en la más convocante de la historia argentina, incluso a los más rápidos.
Por otra parte, los ganadores africanos terminaron con marcas tres o cuatro minutos por encima de los registros habituales. No obstante, Chiara quedó a menos de un minuto y medio de la mejor marca de su vida: realizó una carrera casi perfecta.
Por otra parte, salió a correr junto con la argentina y olímpica en Tokio Marcela Gómez. “Marce era de las rivales más fuertes”, expresó Mainetti. Ya para el kilómetro 10, pasaron a la brasileña Jéssica Pereira, “y ahí me prendí a un pelotón de hombres”, dijo la atleta. Y se fue sola hacia la punta sudamericana que soñó.
“Para eso, fui dos veces a entrenar a Cachi [a 2500 metros de altura en Salta, para estimular la captación de oxígeno], para pelear por el campeonato”, confesó esta profesora de educación física que reparte su rutina entre trabajar medio día en un gimnasio, luego entrenar corredores y, por último, entrenarse ella buscando darles pelea a las mejores de América del Sur. “Por eso solo podemos hacer dos dobles turnos por semana”, comentó Díaz Sánchez, su entrenador desde hace ocho años, luego de que Chiara llegara desde Eldorado (provincia de Misiones) a Mercedes (provincia de Buenos Aires) y, de ahí, a San Isidro.
“Creo que el único condicionante que a ella misma le gustaría cambiar es tener más tiempo para entrenar”, dijo el también responsable del área de fondo y medio fondo de la Confederación Argentina de Atletismo. Y adicionó: “Si solo se pudiese dedicar a eso, Chiara podría hacer entre 11 y 12 sesiones por semana. Así lograría su mejor versión”.
Al mismo tiempo, en su versión actual, mitad docente de educación física, mitad atleta de elite, Chiara da batalla. New Balance la acompaña desde hace años; también la ayudan Sox, Nutremax y a veces hasta la Municipalidad de Mercedes. En tanto, cada cual pone su parte. No alcanza para vivir del atletismo, pero ella sí vive para el atletismo. En la versión que sea: pista, montaña o asfalto; contra el clima de Buenos Aires o contra las mejores de América del Sur, Chiara siempre busca dar lo mejor.
“Ayudarse hasta el final”: el insólito acuerdo de dos argentinos para cruzar juntos la meta de la Maratón de Buenos Aires
Asimismo, son dos de los mejores atletas del país, Martín Méndez y Miguel Maza; quedaron segundo y tercero en el podio nacional
Por otro lado, el pasillo humano era tan largo como ensordecedor. Miles alentaban a esos pocos que iban llegando como punteros de la Maratón de Buenos Aires, esta mañana. A ambos lados de la avenida Figueroa Alcorta, volcados sobre las vallas de contención, empujaban con gritos y aplausos a la elite que pasaba disputándose, a casi 20 km/h, los primeros puestos. A través de ese corredor atronador se zambulleron dos de los mejores atletas del país, Martín Méndez y Miguel Maza.
Al mismo tiempo, calcando sus zancadas, sin lograr medio cuerpo de ventaja. El arco de llegada se acercaba, pero la paridad no se rompía, luego de 42 kilómetros; ninguno lograba definir quién sería el segundo mejor argentino y quién el tercero. Asimismo, todo el esfuerzo se plasmó en el mismo segundo para ambos, algo insólito en ese nivel, en esa distancia; era imposible saber quién había pasado primero. ¿Se habrían puesto de acuerdo?, se preguntaban en las tribunas. Y la respuesta era que sí, a pesar de que hicieron todo lo posible para que no.
“Miguel es un amigo y quería hacer la preparación de la maratón con él”, comentó , al salir de la carpa de control antidopaje, el entrerriano Martín Méndez. En tanto, explicó que tienen marcas similares y que les sirve entrenar juntos, aunque al final no fue posible. Miguel se quedó preparando la distancia en su Jujuy natal y Martín se fue a la altura de Cachi, Salta, para afinar su cuerpo y sus ritmos. Hasta que la línea de largada de la edición 40 aniversario de la Maratón de Buenos Aires los volvió a encontrar.
“Le dije que con Leo [Malgor, su entrenador] habíamos decidido hacer una carrera conservadora, táctica, el día no estaba para arriesgar. Y estuvo de acuerdo en salir juntos”, detalló Miguel sobre su charla con Martín en los minutos previos a la largada, poco antes de la 7 de la mañana de hoy, cuando el termómetro ya trepaba a unos muy húmedos 18°C y ambos se encontraban en el sector especial solo para los mejores, debajo del arco de salida. Detrás, 14.500 corredores le daban forma al récord de convocatoria de la prueba.
“Luego de la primera mitad juntos, empecé a atacarlo más; luego él pegó más cambios de ritmo”, confesó Miguel sobre todos los intentos de ambos para que la carrera mostrara cuál de los dos era más fuerte. Pero ninguno logró vencer la zancada del otro. “Del kilómetro 30 al 34 charlamos y nos pusimos de acuerdo: el clima estaba muy duro y era preferible ayudarse hasta el final”, dijo Martín. “Nunca me había pasado de terminar así una carrera”, afirmó Miguel sobre esa paridad. Juntos pasaron al tucumano Pedro Gómez y ya tenían la certeza de que serían el segundo y el tercer argentinos, aún sin saber qué puesto para quién.
Por otra parte, en las carreras, desde los 100 metros hasta la maratón, no existe el empate. No se puede ir a penales ni gol de oro. Alguien, siempre, llega por delante del otro. No importa que Miguel Maza y Martín Méndez cruzaran la línea de llegada a la par. La fiscalización a cargo de la Federación Atlética Metropolitana dictaminó que Maza estuvo unos centímetros por delante de Méndez; por eso, le asignaron 2h19m27s al jujeño y un segundo más el entrerriano.
“¿No te molestó que llegando juntos te pusieran detrás y tercero en el podio argentino?”, preguntó LA NACION. Y Martín sonrió con calma: “No. Es lo mismo. Debo haber corrido unas siete maratones de Buenos Aires; excepto la última, que llegué mal entrenado, siempre hice podio argentino: segundo, tercero, tercero, segundo… Pero nunca primero”. Sin intentar impresionar, agregó: “Espero que me queden los años de vida para poder lograrlo”. Y aclaró, en medio de una carcajada: “El tema es que ahí no voy a arreglar para llegar junto con otro”.