En tanto seis de los once efectivos que están siendo juzgados por el encubrimiento ofrecieron su última declaración. Asimismo, el padre del joven asesinado requirió al jefe de Gobierno de la Ciudad que reciba a la familia.
El juicio por el crimen de Lucas González, cometido el 17 de noviembre de 2021 en el barrio de Barracas, se encuentra llegando a su fin. En el día de hoy, seis de los once policías acusados por el encubrimiento del crimen brindaron hoy sus últimas palabras ante el Tribunal Oral en los Criminal 25.
Asimismo, quienes hablaron ante el tribunal fueron el subcomisario Ramón Chocobar, el oficial Daniel Espinosa, el comisario Juan Horacio Romero, el oficial Ángel Arévalo, el oficial Jonathan Martínez y el principal Héctor Cuevas.
Por otra parte, los tres policías acusados del asesinato, Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva decidieron no decir palabra alguna, al igual que otros cinco imputados por encubrimiento.
A la vez, Arévalo denunció de «aprietes» por parte de la Policía, Espinosa narró cómo fueron los últimos momentos en los que, según él, ayudó a Lucas y Martínez indicó que estuvo «en el lugar equivocado» realizando su trabajo «sin cometer ningún delito».
En tanto, el primero fue Ramón Chocobar, subcomisario imputado por encubrimiento, quien afirmó: «Hace un año y siete meses que estoy preso por una combinación entre una pésima instrucción y la malicia de un fiscal que elaboró un relato sin más pruebas que conjeturas. Sistemáticamente negó acceso a información incorporada al legajo a las defensas, negó la convocatoria de testigos en mi defensa y cada apelación fue rechazada. Era como si dijeran ‘¿querés justicia? Esperá hasta el juicio oral’ Y llegué hasta el juicio, un año y siete meses preso en un penal de máxima seguridad, conviviendo con criminales».
«Vi con un dolor indescriptible el dolor de mi familia sin haber hecho anda para merecer esto. Para mi no hubo principio de inocencia. En mi caso, la carga de la prueba se invirtió. Debo demostrar mi inocencia cuando es la Justicia debe demostrar mi culpabilidad, y eso no sucedió durante el debate», advirtió el subcomisario.
«En la etapa probatoria desfilaron testigos civiles, peritos, policías y nadie de esas personas señaló una acción que vincule con los delitos que se me imputan. Hubo policías que declararon que tuvieron más participación que yo, tuvieron contacto físico con los menores, con Lucas y tuvieron acceso a la Suran. Con ellos se aplicó una vara distinta, un criterio diferente. Yo continúo preso. ¿Dónde está el principio de igualdad ante la ley? Ante el mismo hecho, otra valoración», manifestó.
Asimismo, Ramón Chocobar dijo que “se puso a consideración una serie de videos, audios, lecturas de chats de WhatsApp, ninguno producido por mí y donde en ninguno de ellos soy mencionado. No se recuperó material de mi celular. No doy a entender que participé, estaba al tanto o vi algo raro el día del hecho”.
A la vez, Daniel Espinosa, policía imputado por encubrimiento, afirmó: “Yo a Lucas no le hice nada, lo ayudé de verdad”. «Quiero intentar controlar la bronca que tengo, por lo que le hicieron a Lucas, porque me tocó verlo en el peor momento de su vida. Yo lo vi malherido, yo lo ayudé y yo no le hice nada. Yo no ayudé a fraguar el delito. Cuando estaban haciendo todo mal, yo estaba en el Hospital Penna haciendo todo bien”, comentó Espinosa mirando a los padres de Lucas.
“Me tuve que comer un montón de garrones, injusticias y, como dijo recién Chocobar, nos dijeron que esperáramos hasta el juicio para demostrar la inocencia, cosa que yo no tendría que demostrar porque nunca demostraron una culpabilidad mía», indicó.
“Lo único que quiero es que se haga justicia y que Lucas descanse en paz. Todas las noches rezo ustedes (por los padres). Puedo mirarlos a los ojos y decirles que yo a Lucas no le hice nada, lo ayudé de verdad, de corazón, fuera de mi deber como funcionario fui humano», dijo con la voz entrecortada observando a los padres del joven asesinado, por lo que fue advertido por el Tribunal.
«Quería mirarlos a los ojos y decirles que no le hice nada malo a Lucas», indicó y se refirió a Héctor González, padre del joven: «Le quiero hablar de padre a padre. El mismo día que mi hijo estaba naciendo, Dalbón pedía 20 años de cárcel y nunca explicó por qué».
Y finalizó: «Yo ese día no cometí ningún delito, hice lo que tenía que hacer, lo hice bien. No tengo nada que esconder, siempre me respaldó la verdad y la inocencia. Pido que Lucas descanse en paz y que su familia tenga fuerza para afrontar todo esto y que se termine esta pesadilla. Nunca nadie va a poder entender su dolor».
Más tarde, Juan Ignacio Romero, policía imputado por encubrimiento, dijo: «Ya estaba sentenciado de que yo tenía que llegar acá». Después, habló de sus comienzos como policía, sus estudios, su sueño de ser oficial y su ingreso a la escuela federal de Policía, además de sus 30 años de carrera en la Policía Federal y luego en la de la Ciudad.
“En 30 años jamás cometí un delito. Todo el tiempo de mi profesión estuve en comisaría”, dijo, haciendo un repaso por su carrera como policía y adicionó: “Siempre estuve apego a la ley, siempre amé la profesión”.
«Después de 30 años de trabajo se puede decir si uno es buen o mal policía”, dijo, contó que también se recibió de abogado y se refirió al principio de inocencia. “Ese derecho no lo tuve, no tuve la justa defensa en juicio», indicó.
Asimismo, habló de certeza y pruebas y dijo que esta “es la primera vez que se me sacó la venda judicial de los ojos, la mordaza judicial de la boca. Puedo ser escuchado”.
A la vez indicó: “Gritaba que me escuchen en mis cuatro declaraciones indagatorias. Ya estaba sentenciado de que yo tenía que llegar acá, no importaba lo que diga o lo que muestre».
Al mismo tiempo, Jonatan Martínez, otro de los policías imputados por encubrimiento, expresó que «nadie supo por qué me detuvieron». “Quiero que se haga justicia por la familia, los amigos y por Lucas, porque lo que pasó no puede volver a pasar. Es algo que no se puede entender», comunicó.
“Así como quiero justicia para ellos quiero justicia para mí. Porque yo soy inocente, para mí y para mi familia que hace un año y siete meses me levanté para ir a trabajar, fui a trabajar, estuve en ese lugar que no tenía que estar, haciendo nuestro trabajo sin cometer ningún delito y sin hacer nada malo. Fuimos en colaboración a unas personas de las que no quiero hablar», comentó el imputado.
«A partir de ese día cambió toda mi vida. Me detuvieron después de un mes. Pregunté a todos por qué me detenían y nadie me supo decir. No sabían, me decían ‘vamos a ver’ y ‘vas a tener que esperar al juicio’. Acá estamos. Yo creo en la Justicia. Quiero que se haga justicia, por favor».
En tanto, Ángel Arévalos, acusado por encubrimiento, denunció «aprietes» por parte de la Policía de la Ciudad. En primer lugar les dio el pésame a los padres de Lucas mirándolos a los ojos: “No quería que lo vieran por un monitor, se los quería decir acá, frente a frente, como tiene que ser”.
«Después de haber escuchado todo lo que se dijo en las audiencias que se sucedieron a lo largo de este debate, y después de haber escuchado las declaraciones del principal Cuevas, al cual le creo, tengo que decir que repudio absolutamente todo lo que escuché. Me da vergüenza que personas así formen parte de la Policía y desprestigien de esta forma a la Fuerza», dijo Arévalos.
Al mismo tiempo, adelantó que “acá hay personas que nunca quisieron que la verdad se sepa porque no les conviene, la familia de Lucas tiene que saber esto”.
Y expresó: «El jefe de la policía de la Ciudad, por intermedio de dos de sus abogados, están presionando a los oficiales de menor jerarquía para que hablen con sus familiares que estuvieron presentes el día de la reunión y digan que no escucharon nada y que lo que dijo mi hermana es mentira, que desacrediten lo que dijo. Lo que dijo mi hermana es verdad, la familia lo tiene que saber, esa es la verdad».
Y finalizó: «Quería pedirles, de la forma más respetuosa posible, justicia por mí, por mi familia que hace un año y siete meses que está desmoronada y no encuentra un consuelo. Por sobre todas las cosas, justicia por la familia de Lucas, ¡esto no puede y no debe volver a pasar nunca! La familia no se merecía lo que le hicieron, Lucas no se merecía lo que le hicieron, nadie se merece lo que le hicieron».
Finalmente, fue el turno de Héctor Cuevas, acusado por encubrimiento, quien manifestó: «El miedo todavía lo tengo y va a seguir». «Quiero agradecer al Tribunal por la calidez que tuvo en cuidar a mi familia», agregó. «Ahora entiendo por qué no tenía garantías ni la posibilidad de declarar».
«Agradezco a dios que mi defensa, por intermedio de ustedes, me dieron las garantías para decirle a la familia de Lucas la verdad de lo que vi, de lo que escuché y de lo que siento, porque el miedo todavía lo tengo y va a seguir», indicó.
Finalmente, dijo: «El dolor de la familia de los chicos y de la familia de Lucas no se me va a borrar nunca».
La solicitud de la familia González a Horacio Rodrígez Larreta
Los padres de Lucas González le solicitaron al jefe de gobierno de la Ciudad Horacio Rodríguez Larreta que los reciba. «Con todo respeto le pedimos a Rodríguez Larreta que nos reciba”, comentaron.
Y manifestaron: “Ese día, 17 de noviembre, se cumplía el aniversario de la Policía de la Ciudad y ese día fue la peor noticia y la tragedia más grande que nos tocó vivir en nuestra vida y estamos padeciendo. Le voy a pedir con todo respeto que el 17 de noviembre no sea más el día de la Policía de la Ciudad, que elija otro día porque ese día nos arruinó la vida a nosotros, que cambien esa fecha porque la Policía de la Ciudad se merece ser conmemorada, pero los buenos policías».
A la vez, solicitó que a los policías «no les den ningún beneficio» y «cumplan lo que tengan que cumplir» porque a Lucas «no le dieron oportunidad de vivir, no se pudo defender». «Nos quitaron un hijo, es la tortura misma, día a día», finalizó.